Introducci贸n
Escrito por redacci贸n
0 comentarios 0 comentarios   imprimir  enviar a un amigo   disminuir tamaño de letra aumentar tamaño de letra  

Carretera Nacional 320, a la altura del Km. 50 de la de Alicante-Murcia, mire a su derecha si va hacia “la huerta de Europa” o a la izquierda si viaja rumbo a la “millor terreta del món”. 

 

Allí, en lo alto divisará una espléndida sierra donde las chumberas, las higueras, los almendros, los algarrobos, los pinos, las carrascas, el lentisco, el cantueso, el romero, el tomillo y el esparto pueblan el suelo del Castell Vell, l’Almoeixa, el Puntal de Matamoros, la Palaia, el Raig, el Catí, la Vella, la Caixa, el Picatxo de san Gaitano... Árboles, hierbas y arbustos que pueblan el suelo de parajes de esta sedienta sierra que habitaron nuestros antepasados árabes dándonos una cultura. 

 

No podemos olvidar la insigne figura del ilustre médico As-Shafra al Quirbiyani, una clase de industria la de las esteras de esparto y junco que ha evolucionado hasta la industria de la hilatura y la alfombra y una infraestructura para la agricultura la red de acequias de la Fuente antigua que hoy todavía nos asombra y enorgullece ¡Es Crevillent! 

Hoy, varios siglos después, los recordamos festejando su memoria, nuestra historia hecha fiesta: la Fiesta de Moros y Cristianos. 

 

Si pasa por esa carretera y el calendario le marca los últimos días de septiembre o primeros de octubre, ¡pare!, baje y observe un mundo multicolor, de música, de luz, de alegría, mézclese con moros y cristianos, admire el gran jardín que conforman las mujeres festeras de Crevillent, sus valedoras, conozca la historia de los ra’is de la familia Ben Hudayr, los señores de Crevillent, aquellos que consiguieron vivir en paz con los invasores cristianos. Disfrute, en definitiva, de las Fiestas de Moros y Cristianos organizadas por la Asociación de fiestas en honor al seráfico patrón San Francisco de Asís, cuya festividad es el 4 de octubre. 

 

Invitamos a todo aquel que quiera venir a participar con nosotros en unas celebraciones que no por ser parecidas a otras, dejan de ser singulares y únicas, con un empaque y una categoría que sorprende a quienes nos visitan. De las mismas, además del buen hacer propio, el lujo y ornato con que se desarrollan o la rigurosidad histórica, cabría, en su caso, destacar tres aspectos: 

 

1. La plena y peculiar integración de la mujer. Antaño, en gran número de poblaciones, las celebraciones de las fiestas de Moros y Cristianos siempre se habían destacado por ser protagonizadas mayormente por hombres. Pero nuestra localidad, nuestra Fiesta, fue una de las pioneras en la incorporación de la mujer a la misma, potenciando sus aptitudes y además dándole un protagonismo único y especial, ya que la mayoría desfilan de forma singular ofreciéndonos ballets o coreografías de bella factura, distinguiéndose así de los hombres. Además, no solo es una participante que nos deleita con sus bailes y su belleza, ni tan solo un miembro de pleno derecho de cada comparsa, sino que es exaltada como reina o sultana, como máxima expresión de cada comparsa y de la Fiesta toda. En Crevillent la participación femenina alcanza aproximadamente el 50%, y si hay lugares que tienen una reina de las fiestas, aquí tenemos doce y todas de primera. 

 

2. La rigurosidad histórica patente en sus Embajadas y en el nombre de las comparsas. Unas embajadas escritas en forma teatral por el recordado erudito alcoyano afincado en Crevillent, Salvador Doménech Llorens, y que se fundamentan en el apartado 422 de la “Crónica” del rey Jaime I de Aragón, que nos lleva hasta el año 1265, y que dice textualmente: “E quan nos fom en Oriola vene-nos lo fill de Banud el Arrais de Crivillèn, e dix-nos que son pare era pres e tenia’l pres lo rei de Castella, e venia per ço a nós que faria tot ço que nós manàssem e que el nostre hòmens poguessen entrar en Crivillèn salvament e segura: e venia a nós que ens rendés aquells dos castells que havia, e que ens podíem ajudar del seu com del nostre. E haguem delliurat et cobrat ço que havíem perdut de Villena tro en Oriola, e d’Alacant tro en Oriola, així que tothom podia anar pels camins salvament e segura”. 

 

Embajadas, piezas teatrales de categoría, que se representan desde 1976 en nuestra localidad, y que han sido distinguidas con el aplauso y elogio de todos las que la han presenciado, premiadas en la feria “Expofiesta” de 2001, y representadas excepcionalmente en el teatro romano de Sagunto, en el paraninfo de la Universidad de Alicante y en la ciudad francesa hermanada con Crevillent de Fontenay-Le-Comte. 

 

Respecto a los nombres de las doce comparsas, no existen denominaciones extrañas ni anacrónicas como sí las hay en otras poblaciones, nombres que después detallaremos. 

 

3. El pacto entre moros y cristianos con que se sellan las mismas, y no con la victoria del bando cristiano, como se hace en general. Así, los moros crevillentinos rinden vasallaje al rey catalano-aragonés Jaime I por capitulación, que no por conquista, y le ofrecen los dos castillos con que contaba el término, con lo que cesan las luchas entre los contendientes.

  imprimir   mostrar en pdf mostrar en pdf   enviar a un amigo enviar a un amigo   0 votos  
favoritos  facebook  twitter  del.icio.us  digg it!  meneame
Comentarios (0)enviar comentario enviar comentario